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Rosario budista - Japa mala

  • Foto del escritor: Kaira Aromas
    Kaira Aromas
  • 25 ago 2017
  • 2 Min. de lectura

Tradicionalmente el Mala Budista se compone de 108 cuentas de diferentes materiales que unidas forman una especie de “collar” que se coloca ya sea en el cuello o en el brazo izquierdo. Presenta tres divisiones marcadas en las cuentas 27, 54 y 81 dividiéndolo en tres partes exactas. Tiene una cuenta más grande o Guru que es en donde inicia y termina el mala. Al final de esta mala pueden tener una serie de filamentos o dos cuentas una redonda y una cilíndrica (como en el caso de los malas tibetanos) que representan la sabiduría de todos los Budas y la inherencia de todo fenomeno respectivamente.

El mala se utiliza en el Budismo principalmente para recitar mantras. El llevar un mala para hacerlo garantiza el por lo menos realizar una recitación continua de 100 mantras, es decir, se dice un mantra por cada una de las cuentas del mala. El mantra debe girarse en dirección horaria con los dedos pulgar (que representa la divinidad o el estado del Buda en este caso) y el dedo índice (que representa el ser individual); el hacerlo con estos dedos representa la unión de lo divino con lo individual, o la búsqueda de la budeidad. Al llegar a la cuenta final y para continuar el conteo de mantras, se debe girar el mala de forma que no se pase sobre la cuenta Gurú, y se reinicia de nuevo el conteo. Algunos malas poseen contadores extras entre las cuentas 8 y 9 con aros que sirven para realizar conteos de décimas y centésimas en la recitación de mantras.

El recitar mantras es para evocar determinadas cualidades (determinadas por el mantra mismo) y con ello lograr el despertar o la iluminación. Esto es su principal objetivo, claro está que lograr la iluminación llevará varias vidas, pero los mantras nos llevan a traer a nuestra mente los estados mentales de un Buda e intentar que esta se identifique con ellos y se liberé de lo ilusorio. Importante es decir que se puede recitar cualquier mantra; o en el caso de otras tradiciones espirituales que usen sus propios malas (o rosarios), se puede recitar cualquier oración.

Si tienes un mala úsalo para tu práctica, cuídalo, medita con él, busca te ayude a liberarte; pero sobre todo úsalo como un elemento para tu desarrollo espiritual y personal. Recuerda que NADA, ni el mala mismo tiene el poder para liberarte por si mismo. Hay que quitarnos esa tendencia a colocar y esperar todo en lo externo al ser. O como escuche hace poco “la iluminación es de quien la trabaja”. El mala como muchos elementos solo son un punto de apoyo para lograrlo, así que cuídalos y valorarlos solo en esa medida; no le pidas que te otorguen algo para lo que no están hechos, sino solo vendrán a ser un punto más de sufrimiento y de la rueda samsárica de la existencia.


 
 
 

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